Día 4: Florencia

Otro día que volvía a amanecer nublado, nos consolaba un poco que las previsiones para mañana ya mejoraban.

Comenzamos el día, corrijo, comenzó el día, Alfredo subiendo el CAMPANILLE (precio 6’00 €), sus más de 400 escalones a mí me echaron para atrás; así que a primera hora subió, entonces había muy poca gente, y dice que tampoco se le hizo muy pesado tanto escalón. Y que aunque el día estaba nublado las vistas estaban muy bien. Le llevó una hora escasa entre subir y bajar.

Aquí las hermosas vistas que desde arriba se disfrutan.














Al bajar le estaba esperando y antes de irnos a continuar la ruta, una foto de la puerta del Baptisterio (íbamos a entrar, pero estaban de restauración en el interior de la cúpula) y una del Duomo.



Eran poco más de las 10 de la mañana, y pusimos rumbo a FIESOLE que es un pueblecillo que se encuentra a unos 9 kilómetros del centro de la ciudad de Florencia, se llega con el autobús urbano nº 7. El trayecto duró alrededor de media hora.


Primero fuimos a la Oficina de Turismo, donde nos atendieron muy bien y nos explicaron todo muy bien detallado.

Allí hay una Zona Arqueológica romana (entrada 10 €) con unas termas, y un teatro romano con capacidad para 2.000 espectadores, que no estaba nada mal, también visitamos el Museo Arqueológico con restos romanos y etruscos que está dentro del recinto. Lo más interesante es el teatro romano, hay un tranquilo y agradable paseo por todo el recinto.






Otra de las cosas interesantes que tiene este pequeño municipio, son las vistas sobre la ciudad. Desde la plaza principal (donde te deja el bus) hay un camino que sube hasta el Convento de San Francesco, y desde allí tienes toda Florencia a la vista; este no era el mejor día, porque había amanecido nublado como todos, pero aún así creo que mereció la pena.




Y ya que estábamos allí, visitamos el Convento de San Francesco (entrada gratuita).



Después ya nos fuimos de nuevo a la ciudad, donde llegamos algo más de la 1 del mediodía; la visita a Fiesole contando el trayecto en bus, nos llevó poco más de 3 horas.

Como ya había hambre buscamos un sitio del que habíamos leído buenas opiniones Tratoria Za-Za (Piazza Mercato Centrale, 26) el local es muy bonito y muy agradable, y la comida también nos gustó mucho. Nos pedimos un entrante, dos platos de pasta y las cervecitas; total 44 €. Aquí cobran 2’50 por cubierto, pero mirando el precio final nos pareció muy correcto. Por cierto, el entrante Tagliere de la Zia Guiliana, que viene a ser un surtido de ibéricos que estaba muy bueno.


Después de comer decidimos entrar al interior del DUOMO para observar la maravillosa cúpula de Brunelleschi.



Después pusimos rumbo a la Iglesia de Santo Sperito, pero no pudimos entrar porque cerraba a mediodía, y como no nos apetecía esperar volvimos al hotel a descansar un rato.

Tras el descaso, fuimos a visitar la GALLERIA DEGLI UFFIZI (entrada 6’50 €), durante el día suele haber cola, pero como ya quedaba una hora escasa para cerrar, pues no había nadie. Decidimos hacer la visita porque mañana teníamos planes de ir a Siena y ya no podríamos, así que era eso o nada.

La visita fue un poco rápida, pero es que nosotros no somos mucho de pararnos a admirar los cuadros mucho tiempo, los vemos fugazmente. Decir que a mí lo que es el Palacio me encanto, tiene algunos techos impresionantes; y bueno aquí la estrella es “El nacimiento de Venus” de Botticelli, y también “La Primavera” del mismo pintor. Por supuesto no está permitido hacer fotos.

"El nacimiento de Venus" (Foto: Wikipedia)

Detalle (Foto: Wikipedia)

"Primavera" (Foto: www.nelmezzodelcammin.es)

Y tras un paseíto, pues que mejor plan para acabar el día que ir al “Tartan Jock” a por nuestras Carlsberg y las tapitas.

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